Máscaras, Cuerdas y Luchas: El Show más Épico del Día del Niño en Mexicali
- Colaborador invitado
- hace 1 día
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Por Hassam Ortiz
Imágenes de Eduardo Toquero, tomadas de Comisión de Box, Lucha Libre y Artes Marciales Mixtas de Mexicali
El Auditorio PSF se convirtió en un auténtico templo de emociones, risas, gritos y asombro con el evento especial de lucha libre presentado por Titanes Wrestling Promotions (TWP) en colaboración con el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), en el marco del Día del Niño.

La cita fue el pasado 4 de mayo a las 3 de la tarde, pero debido a problemas técnicos, el arranque se retrasó cincuenta minutos. A pesar del contratiempo, la espera no apagó el ánimo del público, que ya abarrotaba las gradas ansioso por ver a sus ídolos. Con miles de asistentes, los conductores comentaron que la asistencia total fue de 4,780 personas, lo que representó un 98% de la capacidad del recinto.
El ambiente vibró desde la primera campanada. Familias enteras llegaron entusiasmadas, muchos niños y niñas con máscaras de sus ídolos, otros aferrados a la mano de sus padres, quienes por unas horas también se convirtieron en niños otra vez. Papás con máscaras, mamás tomando fotos, y pequeños que brincaban en sus asientos al ver a los miniluchadores con esa inocente ilusión de pensar que eran niños como ellos.
El ambiente fue mágico. Los patrocinadores regalaron juguetes, los luchadores convivieron con el público, firmaron autógrafos y se tomaron fotos con los aficionados. Las gradas eran un coro de nombres, gritos y porras. Como dice la canción popular: la arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción. Y es que se respiraba ese folclor único que sólo la lucha libre mexicana puede ofrecer, con picardía, humor y pasión.

La cartelera estuvo cargada de talento tanto local como nacional, pero dos encuentros se robaron el corazón del público. En uno de los momentos más divertidos y esperados, los técnicos Ke Monito y Tengu se enfrentaron a los rudos Ke Malito y Perico Zacarías. La victoria fue para el bando técnico, provocando que el conductor del evento pagara una apuesta y fuera trasquilado ahí mismo, entre carcajadas y ovaciones.
Pero la verdadera explosión de emociones llegó con la lucha estelar por el Campeonato Mundial, donde el ídolo Místico se enfrentó al orgullo local Estudiante Jr. Fue una lucha intensa, técnica, llena de vuelos, castigos y dramatismo. Cada llave fue un suspiro colectivo, y cuando Místico aplicó su icónica Mística, el auditorio retumbó. Los niños lo miraban asombrados, y los adultos, con ojos brillosos, recordaban al héroe de su infancia.

Fue algo más que un espectáculo deportivo: Se presenció un ritual de identidad y herencia cultural. La lucha libre, con su mezcla de tradición, fantasía y bravura, continúa siendo un lazo entre generaciones. Resultó conmovedor ver a padres e hijos unidos por un mismo ídolo, por una misma pasión, por una historia que se cuenta entre saltos desde la tercera cuerda y gritos de “¡Esto es lucha!”. Este ambiente recuerda al de un clásico del fútbol mexicano, donde la pasión y la tradición también se entrelazan entre generaciones, pero aquí, en el cuadrilátero, el color, la teatralidad y el contacto directo con los ídolos le dan una dimensión única.
Y como dicta la tradición, tras la campanada final de la lucha estelar, el público agradecido lanzó monedas al ring. Un gesto sincero y poderoso que no necesita palabras: los enmascarados supieron que habían entregado una lucha memorable. En esos segundos, bajo una lluvia de aplausos y monedas, el ring dejó de ser solo un escenario para convertirse en un altar del corazón mexicano.
El público opina
José Luis, de 53 años, comentó con nostalgia:
"Ya se está perdiendo la cultura de la lucha libre aquí en Mexicali, pero gracias a estos eventos la estamos retomando, y más con los precios accesibles."
Sus ídolos: La Parka y La Hiedra.
Erik, un aficionado de apenas 12 años, lo dijo sin pensarlo dos veces:
"Me encanta la lucha, las máscaras y los lances. ¡La lucha mexicana es la mejor!"
Sus favoritos: La Parka y Místico.
Héctor, de 35 años, defendió la lucha libre como parte de su historia familiar: "Aunque muchos ya no le dan importancia porque piensan que es violento, la lucha es un deporte de tradición. Es un espectáculo con códigos, y yo se lo enseño a mis hijos igual que me lo enseñaron a mí."
Sus ídolos: Blue Demon, Lizmark y La Parka.
Uno de los protagonistas de la noche, el carismático Ke Malito, expresó con orgullo:
"La lucha libre es demasiado importante. El CMLL, con 92 años de historia, es el padre de la lucha. Es espectacular, y esperamos que la gente lo disfrute al máximo." Y antes de despedirse, lanzó su invitación con su ya conocida picardía: "Disfruten este hermoso deporte. La mejor lucha libre del mundo es la del Consejo Mundial. ¡La única empresa hecha en México! El Rey de las Travesuras los invita."
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