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  • Foto del escritorPor Hugo Méndez Fierros*

Lemas universitarios. Simbología, tiempo e identidades.


Los fundadores de las primeras universidades interpretaron su realidad gracias al uso del lenguaje, instauraron procesos organizacionales, normas y recursos emblemáticos a través del intercambio simbólico. Lograron dar dirección, orden y estabilidad a sus propósitos comunitarios gracias a la institucionalización del sentido socialmente construido. En más de un sentido crearon un lenguaje de poder sostenido en la producción, circulación y difusión de formas simbólicas.


El estudioso John B. Thompson define a las formas simbólicas como fenómenos significativos de diverso grado de complejidad, que involucran acciones, gestos y rituales, o discursos, textos, series televisivas o producciones transmediales en redes digitales. Ahí podemos ubicar a los escudos y lemas de las universidades actuales.


Las universidades como entes que emergieron en un contexto histórico y cultural del Medioevo, con nexos profundos con la Iglesia, abrevaron de las formas ritualísticas y de representación visual de la misma, apropiándose de algunos complejos simbólicos con el fin de imprimir características que las distinguieran de otras instituciones sociales –incluso de la propia Iglesia- y para distinguirse entre una universidad y otra.


Los fundamentos básicos del arte de los blasones o la heráldica, son antecedente de los escudos de las universidades. En estrecha relación a los escudos aparecieron los lemas, que en frases cortas describen de manera certera rasgos de origen o bien, ideales de una comunidad ubicada en un contexto espacial y temporal, determinado. Los lemas son construcciones simbólicas que representan aspiraciones de hombres y mujeres de un tiempo específico.


Hace algunos meses publiqué una serie de reflexiones en torno a las identidades y a la responsabilidad social universitaria, ahí apunté que las comunidades universitarias dan sentido a las individualidades que en ella convergen, de manera recursiva las identidades individuales componen, re-significan y transforman permanentemente a la institución de educación superior en la que actúan.


Los lemas de las universidades públicas estatales funcionan como atributos culturales de pertenencia e identificación, a la región y al Alma Máter. En las expresiones elocuentes, muchas de ellas poéticas, refulgen glorias pasadas y anhelos de futuro. Alcanzar la cúspide, acceder a la cima, conquistar la grandeza con base en la luz, la ciencia, la verdad y el estudio. Elevar el pensamiento hasta llegar a la sabiduría, para trascender la cultura y servir a los nuestros, a nuestra región.

Para muestra algunos botones: “Piensa y trabaja” de la UDEG; “Alimenta la llama de la verdad” de la UANL; “Pensar bien para vivir mejor” de la BUAP; “La verdad os hará libres” de la UG; “Siempre autónoma. Por mi patria educaré” de la UASLP; “Educo en la verdad y en el honor” de la UAQ; “Cuna de héroes, crisol de pensadores” de la UMSNH y el de nuestra UABC “Por la realización plena del hombre”.

Para finalizar, es oportuno comentar que la UABC entrará, por segunda ocasión, en una reflexión colectiva acerca de la pertinencia de su lema. El representante de la Facultad de Ciencias Humanas en el Consejo Universitario ha comunicado que en el orden del día de la próxima sesión que se llevará a cabo el 15 de diciembre, se incluye el siguiente punto: “Propuesta del Presidente del Consejo Universitario, para la integración de una Comisión Especial, para deliberar sobre la pertinencia del Lema Universitario”.


Esta comisión especial tendrá, sin duda, una serie de discusiones muy interesantes. En más de un sentido, será una oportunidad histórica de definiciones institucionales. A final de cuentas, los recursos simbólicos están interrelacionados con los valores y misión de la universidad, que vista como un organismo vivo, resulta ser un ente mutable.


Por anticipado podemos visualizar dos posiciones, ambas tendrán sus propios recursos de verdad. ¿Debe cambiar o no debe cambiar el lema de la UABC? Si se decide que debe cambiar ¿a la luz de qué argumentos debe hacerlo? Si decide que no debe cambiar ¿sobre qué argumentos descansará esa decisión?


*[No. 60/2021]. El autor de esta publicación es profesor-investigador

en la Facultad de Ciencias Humanas, UABC.

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